Bartleby el escribiente




11.7.04

Un caso real. Testimonio inédito en la red.
Transcribo a continuación la conversación que he mantenido este fin de semana con una vieja amiga a propósito del tema que nos ocupa.
"¿El culo, dices?", me preguntó ella. "Era octubre de 1982. Yo tenía dieciocho años, y era mi primer año en la universidad. Él... bueno, él me doblaba la edad. Fue el año de los diez millones de votos socialistas. En la explanada que hay al lado de la facultad de Medicina, en la Complutense, se celebraba el mitin de cierre de campaña. Llevábamos viéndonos, casi a escondidas, un par de meses. Sería el calor, o sería que estábamos muy juntos apretujados entre la multitud, o sería que hacía una semana que no nos veíamos, el caso es que, cuando Miguel Ríos atacaba el Bienvenidos hijos del rock and roll me volví, me puse de puntillas y le susurré al oído: 'Quiero que me folles el culo'. Él no dijo nada, me acarició la barbilla y siguió mirando al escenario. Media hora después me tomó de la mano y dijo: 'Vámonos'."
"Todo lo que ocurre en la cama tiene carácter simbólico, o puede ser interpretado en clave simbólica". El ofrecimiento del culo es una metáfora de la entrega absoluta, la sumisión, medita mi amiga: "Quería que me sodomizase, era mi manera de decirle que podía hacer conmigo lo que quisiera".
"Me llevó a su casa. No debía hacer nada, me dijo, sólo dejarme guiar. Aquella cosificación me excitaba. Cuando Felipe González prometía ochocientos mil puestos de trabajo para la nueva legislatura, él me bajaba las bragas. Sentí su glande buscando mi orificio. Miles de mecheros encendidos se estarían alzando en ese momento en el campus universitario coreando Al alba con Luis Eduardo Aute.
Yo me mordía los labios y me abrazaba con fuerza a la almohada. Mi resistencia instintiva dio paso al abandono. Lo sentía palpitar como nunca antes dentro de mí. Cuando se retiro, una gotas de semen resbalaron por mis muslos. Hacía rato que unas lágrimas, mansas, de felicidad, me mojaban la cara. Así, abrazados, escuchamos la traca final del mitin, los fuegos artificiales". "Hace poco me he enterado de que murió de cáncer de próstata. Aquel octubre de 1982 fue la primera vez que voté y la primera vez que me dieron por el culo", concluye mi amiga.
Gracias, Sara H., por tus sinceras palabras en nombre de todos los miembros de la Academia del Culo y Alrededores.