Bartleby el escribiente




14.8.04

El otro día estuve hablando con mi mujer. Habitualmente sólo nos transmitimos información o recibo instrucciones. Le contaba yo un viaje que hice hace tiempo. Ella me decía que no, que era imposible. Y argumentaba de forma irrebatible. Finalmente me convenció. Nunca hice el viaje que yo creía haber hecho, debí soñarlo alguna noche. Ahora tengo una duda grande: ¿cuánto de lo que sé de mí será cierto y cuánto soñado?