Bartleby el escribiente




1.10.04

Un prestigioso psiquiatra hablaba el otro día acerca del valor terapéutico de la palabra. Decía que el potencial curativo de la palabra es tan alto que incluso hablarle a las plantas, o hacerlo a uno mismo frente a un espejo, o el simple monólogo interior, son beneficiosos para la paz de espíritu. Yo me hablo mucho. Ahora, como estoy en una etapa en la que me siento más sociable, estoy ampliando mi círculo de relaciones. Ayer tuve una jugosa conversación con el microondas, y esta mañana he cambiado unas palabras con la tostadora. Pero lo que me ha abierto nuevos horizontes es lo de hablar con los contestadores telefónicos. Eso sí que me produce una gran paz interior.